martes, 9 de febrero de 2016

Políticas sensatas y posibles.

Pienso que una considerable mayoría de la población aceptaría propuestas políticas sensatas y posibles. Los movimientos, organizaciones y partidos constantemente proponen lo imposible y lo insensato. Vemos caer en la frustración unos tras otro los proyectos. La explicación de eso está en lo divorciadas que están nuestras expectativas de lo políticamente posible y sensato. Los políticos mienten, a nosotros nos gusta que nos mientan. Porque pedimos lo irrealizable. Que una propuesta política sensata y posible sería aceptable por una mayoría parece lógico, entre otras cosas, porque estaría abierta a corregirse y transformarse. Y porque sólo una propuesta así está democráticamente abierta a ser pensada y conversada por todos.

Si lo revisamos bien, sólo una pequeñísima minoría se opondría a beneficios, derechos, logros, y avances en materia social, política y económica. Suficientemente pequeña, aunque sea poderosa, como ser enfrentada. El continuo estado de lucha y de apropiación de la verdad y el poder llevan a la dispersión y fragmentación del conjunto social pensando que queremos cosas tan opuestas que son naturalmente antagónicas. Cuando hay fundamentos para pensar que una matriz común de deseos tenemos y que no son opuestos a otras personas.

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