jueves, 4 de febrero de 2016

El éxtasis de lo cotidiano.

Si mirás una llave, un caramelo envuelto, un vaso de plástico, un cepillo de dientes, un celular o una alcancía y lo haces con una atención racional, no te dicen nada más que la utilidad que tienen, y sus diseños responden sólo al motivo para el que fueron hechos, son simples objetos de un mundo material sin vida. Pero si modificas tu atención y dejas que te lleguen, que te invadan maliciosamente, empezas a sentir que su origen es mágico, su forma insólita, su sensorialidad un misterio, que te miran cómicamente, que están tan vivos que emergen de la nada bailando, y así súbitamente de lo banalmente cotidiano encontrás el éxtasis que está a disposición tuya en todas las cosas del mundo.

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