jueves, 11 de febrero de 2016

El esfuerzo, ¿Quién lo necesita?

Decimos: "Necesito esforzarme más" "Si no te esforzas no vas a obtener lo que querés" "A esa persona no le gusta trabajar" "Si nada te cuesta esfuerzo nada tiene valor" "Lo que cuesta vale" "Nadie obtiene lo que quiere gratuitamente" "Mirá una flor abrirse, el esfuerzo que tiene que hacer para aparecer".

Quien vive así, se encuentra continuamente atrapado en la insatisfacción, la preocupación, el malestar y la neurosis. Podemos obtener todo lo que queremos sin esfuerzo. El entorno natural no hace ningún esfuerzo para manifestarse como lo hace. Quien argumenta a favor del esfuerzo, argumenta a favor de su sufrimiento. La vida aparece como un flujo continuo de bienestar en el que uno se desliza de una circunstancia a otra siempre que no hay esfuerzo. Cuando aparece el esfuerzo, aparece el objetivo como un obstáculo, el transcurso como un desafío que hay que afrontar para doblegar la meta que se resiste a ser tomada. Cuando se vive fluyendo desde la relajación, nada de eso tiene sentido.

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