martes, 5 de noviembre de 2013

¿Qué elegimos: razones o mundos?


Solemos pensar que nuestro desenvolvernos en el mundo es parte de operaciones de entendimiento racional. Cuando no lo es, lo racional es algo que varía de acuerdo a lo emocional, el verdadero fundamento del entendimiento.

-Lo emocional es que lo que guía el curso de nuestro relacionarnos, y de nuestro movernos en el mundo, de manera que todo lo que surge discursivamente, y racionalmente como las coherencias lógicas de nuestro discurrir, dependen de la emoción, que se entrecruza con el lenguaje (pensamiento, ideas, explicaciones...) y da lugar a todas las formas del vivir.

-De manera que no existen ideas o discursos más verdaderos que otros. Todo lo que una persona dice forma parte de ser quien es, que es conocer como conoce, a partir de sentir como siente. Por eso, todo discurso es verdadero, a menos que la persona mienta, pero eso es algo que sólo puede saber ciertamente la persona. Aunque no todas las discursividades son igual de válidas. La validez es algo que depende también de la emoción, con la cual aceptamos o rechazamos un discurrir que expresa las coherencias del vivir de una persona. Es decir, cuando escuchamos a una persona, estamos escuchando las explicaciones, argumentos, ideas, acerca de cómo esa persona vive, en qué mundo habita, y cómo quiere relacionarse, de manera que todas las coherencias de su discurso no son racionales, sino nacidas de su deseo. Por eso, en cada conversación lo que se pone en juego es, si queremos seguir el camino de esa persona, y construir esa misma realidad, o no hacerlo.

-Este discurso no es algo que nazca de la racionalidad objetiva, sino de que a mí me gusta ver el mundo de esa manera, porque creo que me sirve para habitar el mundo que yo deseo.

-Todo conocer nace de un sentir, es de hecho una particular sensibilidad transformada en formas del mundo, con la cual le damos sentido a nuestra existencia.

-Por eso, los mundos que aceptamos como verdaderos, son los mundos que construímos, y no hay ningún mundo ni ninguna sociedad objetiva. Sino todas surgidas a partir de nuestra reflexión y nuestra mirada. De manera que si hablamos de un mundo desagradable, es porque estamos construyendo ese mundo, y no porque éste exista en sí mismo. Si deseamos hacer más agradable el mundo, debemos cambiar la emoción con la cuál nos conducimos que crea las dinámicas relacionales con las cuales creamos el mundo del cual estamos hablando.

-La realidad es algo que surge a partir del ser humano como creador de realidades, y no algo que está antes que nosotros, preestablecido, fijo. Podemos producir tantas realidades como nuestra estructura en determinado momento nos lo permite. Y transformar ésa estructura es algo que depende de nosotros, del preguntarnos por nuestro querer, y ver si queremos querer lo que queremos, o no.

-El universo no es lineal, es circular, todo lo que hacemos nos hace, todo lo que construimos nos construye, creador y construcción están unidos. No separados. Somos el mundo que habitamos.

-Los debates ideológicos son completamente infructuosos porque intentan debatir desde lo racional tratando de demostrar la invalidez del quehacer y del discurrir del otro ocultando las emociones que son el verdadero fundamento del desentendimiento que surge a partir de guiarse por principios distintos del otro que aceptamos a partir del deseo y la emoción.

¿Es el error un error?


En la cultura en que vivimos censuramos el error, lo castigamos, y queremos desterrarlo para siempre. ¿Pero, es posible erradicar el error del mundo?

-Creemos que se puede establecer cuáles son las percepciones y cuáles las ilusiones en una tabla categórica de todas las cosas del mundo. Pero eso no es posible. Porque primero para conocer hay que experimentar, y la experiencia se hace desde adentro, y no desde afuera. La única manera que tendríamos de no equivocarnos sería estar fuera del mundo, y poder verlo desde ahí, de manera de gobernarlo completamente. Esa, suele ser la experiencia que tienen de sí los psicóticos. El mundo sólo puede ser vivido desde adentro, con toda su turbulencia e intensidad, intentando guiar el curso del fluir del vivir a partir de la reflexión, que siempre se verá limitada a darse cuenta de los errores una vez cometidos. Y que a partir de esa experiencia establezca criterios para no equivocarse. Pero para saber que algo es un error primero hay que conocerlo. No hay otra.

-El error es lo mejor que puede pasarnos. Para que el sentido del vivir sea tal se necesita que la experiencia humana se vaya corrigiendo y transformando a partir de ir tanteando por dónde quiere ir y cómo quiere construir su camino. El error es organizador y estructurante. Sólo a partir de su existencia podemos discernir que queremos algo distinto de otra cosa que nos pareció equivocada, infructuosa, indeseable. El error tiene una necesidad ontológica de ser en el mundo, sin él no se podría discernir.

-El castigo al error reproduce lo que el castigo intenta enmendar. El castigo de un niño que un padre ve como rebelde termina produciendo un niño rebelde y agresivo que destruye el mundo en que vive. De manera que en gran parte, los sometidos que se convierten en sometedores son parte de este juego vicioso de castigar lo equivocado, por no aportar reflexión y aceptación para remendar el camino equivocado. Cuando una persona está tomando un camino que nosotros consideramos indeseable, una postura más productiva es preguntarse por los fundamentos que hacen que esa persona haga lo que haga, y ofrecerle un camino distinto a partir de preguntarle de alguna manera: ¿En verdad querés seguir por ese camino, o desearías hacer algo distinto? Si existiese esa instancia de reflexión anterior, serían evitables muchas guerras que se dan por puntos sin retornos de intenciones destructivas.

-Vivimos en la hipocresía de castigar y burlarse de los errores ajenos y en la incapacidad de ver los propios. Ésta disociación reproduce los términos de nuestro temor a equivocarnos y por lo tanto del error que surge a partir del temor al error. De manera que la lógica de seguir en el juego de reprimir el error sólo crea nuevas instancias para que la batalla de desentendimiento humano continúe.

-Tenemos dos posturas: Que está mal que las cosas salgan mal, y que no está mal que las cosas salgan mal. Aceptar que las cosas salen mal es la única forma de salir del error. La exigencia y el castigo lo único que consiguen es padecer, culparse, temer. De un error se sale con confianza, reflexión y motivación. Podríamos pensar que las personas que matan estarían en las puertas de poder seguir viviendo en el mundo si existieran dispositivos relacionales en los cuales aceptáramos como posible cualquier error, incluso llegar a matar a otra persona.

-Si uno no se puede equivocar, no puede ser libre. Con lo cual el afán de perfección es un afán de perder toda libertad creativa, de improvisación y de movimiento en la vida. Es decir, petrificarse en la rigidez.

-Comprender el sentido de lo erróneo y lo equivocado en lo humano, es comprender cabalmente qué clase de seres somos. Nos da otro entendimiento acerca de cómo relacionarnos, y qué esperar del otro.

-¡Viva el error, y la salud de los que aceptan equivocarse! ¿Y porqué no aceptar a los que no aceptan que se equivocan, también vivan ellos, no es un error que no se den cuenta que se equivocan?

domingo, 3 de noviembre de 2013

¿Qué le ofrece el amante al amado?

-El amante le ofrece al amado la posibilidad de juego, de danza, creatividad, humor. Todo con el sentido de no pensar en las consecuencias, sino en dejarlas darse.

-El amante le ofrece la posibilidad de desarrollarse, y le crea los espacios para que eso suceda, es un sembradío propicio para crecer en la libertad de ser uno mismo sin exigencias.

-El amante no le ofrece la perfección, ni busca que el amado la tenga. El deseo de un amado total, pleno, absoluto, infinito, puede ser una experiencia recurrente en el enamoramiento, período de expansión de la sensualidad sin formas. Pero luego uno encuentra las formas, y las coordinaciones que hacen al moverse con el otro o la otra, y entonces surgen los bordes. Límites que le dan sentido a las búsquedas y al encuentro, que se están transformando todo el tiempo, pero que el intento de forzarlos es infructuoso.

-El amante le ofrece el cuerpo, y como tal le ofrece una sensualidad en la cual volcarse, y permeabilizar el sexo del otro o la otra de manera de construir una cosensualidad en la que el encuentro con ése alguien expanda la existencia del amante.

-El amante es la oportunidad de construir intimidad, que es lo que necesita toda persona para gozar de salud. Las personas que pueden construir intimidad con otras personas, están evidenciando una estructura saludable. Abrirse a la ternura es parte de un juego humano de verse y tocarse donde se recibe al otro o la otra desde el dejarse ser tocado en la confianza de relajarse en la sensibilidad de ése otro.

7 ideas acerca de la vocación.

Aquí van algunas ideas que intentan incentivar el entendimiento y la búsqueda de la vocación.

-Vocación es un modo de vida. Un músico existe en el hacer música, y como tal en ese hacer se hace a sí mismo como ser que habita en el entendimiento y en el querer escuchar, ver y hacer música. De manera que la mentalidad, las dinámicas corporales que hacen a su manera de moverse, su sensibilidad, su valorar el mundo, se encuentra en relación y en acción gracias a la música. Lo mismo pasa con cualquier otra vocación. Porque es un camino, un sentido, un entendimiento. Por eso yo pienso que es más edificante y fundamental encontrarse a sí mismo en un hacer relacionado con la vocación, que pensarse en relación a un trabajo o actividad productiva no relacionada con ella pero más remunerativa, siendo que el sentido de la vida está haciendo lo que nos gusta, y que la vocación es lo más fácil de disfrutar.

-Vocación y profesión llevan caminos divergentes muchas veces. La profesión, el trabajo de aplicar los conocimientos en una actividad productiva remunerada, suele no tener consonancias con lo que sabemos y nos gusta hacer. Es un camino arduo a veces, poder encontrar el lugar adecuado donde derramar el amor por la vocación.

-Es falso creer que aquellas personas que tienen éxito y reconocimiento social tienen más libertad, poder, fuerza y valor que aquellas que no se encuentran en ese medio. Muchas personas con gran talento no están rodeadas de prestigio, incluso se podría decir que no hace falta que lo tengan. Porque, si bien parece que el éxito legitima, no tiene porqué ser así. La riqueza está en ser uno mismo, y disfrutar de lo construido. La búsqueda de fama por la fama misma sólo produce enajenación. No está mal buscar el reconocimiento, lo que sí es cierto, es que hacer algo sólo por él, empobrece la actividad que uno lleva a cabo.

-Sin vocación se está desorientado. La vocación como moda de vida está sucediendo todo el tiempo, en todo lugar, bajo cualquier circunstancia, por eso, es ordenadora, creadora de las formas del vivir y del convivir con los demás, da sentido a la identidad.

-Seguir una vocación es animarse al deseo que quiere volcar toda su potencia en el mundo, es un signo de salud, y de entusiasmo.

-Si te dedicas a hacer lo que te gusta, de la manera en que más te gusta, siempre habrá alguien que llegue a reconocértelo, y eventualmente a pagarte por ello.

-Para encontrar la vocación hay que encontrarse con uno mismo. Es un preguntarse por quién soy a través del cómo quiero, y qué hago.

domingo, 27 de octubre de 2013

¿Es votar valioso?

Algunas ideas con las que quiero resolver cierta confusión acerca de votar y la vida democrática.

-No es cierto que el voto cambie a la clase dirigente. Ésa idea supone que el voto es un mensaje, y los políticos cuando ven los resultados recapacitan por sus errores y los remendarán. Es una idea muy cristiana del castigo, y no es efectiva. ¿Por qué? En principio, porque todos los candidatos, son legítimos, y siguen sus pautas de gobierno y política de acuerdo a su tradición y sus deseos, tan legítimos como cualquier los de cualquier otro ciudadano que quiera presentarse a ser elegido. Incluso y sobre todo con las consecuencias que eso tenga.

-El voto no es la instancia más importante de la vida democrática. Es sólo una, de hecho, insignificante frente a la enorme cantidad de actos cotidianos que tienen trascendencia política desde el detalle en la vida de una comunidad unida democráticamente. Es decir, la democracia se construye desde las bases, en el trabajo, en la familia, en el bar, en el club, y no depende de que los políticos sean democráticos. Ya que los políticos no están en un orden superior, sino dentro de una red de relaciones humanas en los nodos más centrales tal vez, pero no tienen omnisciencia ni una capacidad de acción distinta de la coyuntura circunstancial de la vida de cualquier otra persona. De manera que, los políticos conocen de la misma manera que conocemos nosotros, sólo que otro orden de conocimientos, pero ellos se encuentran en esos nodos de la red como parte de la red. De manera que no son aliens, son personas, por lo tanto, hacen lo que hacemos todas las personas.

-No hace falta votar para ser democrático. La democracia pasar por otro lado, tiene que ver con un modo de relacionarse en la aceptación del otro junto a uno. Como tal modo de vida, es una fisura dentro de la cultura patriarcal, y por estar dentro de ella, se encuentra siempre en contradicción, de manera que, queremos y no queremos ser democráticos, lo intentamos, a veces nos sale y otras veces no. El problema es cultural, no esencialmente gubernamental. Aunque ambos están en relación.

-Por eso, hay que entender que todas las sociedades son un quilombo, y eso es lo normal, caos, pobreza, guerra civil, corrupción, aunque no nos guste es parte de lo que hacemos desde hace mucho tiempo, en todas las sociedades. Yo creo que lo mejor, es entender eso, y no ponerse en la postura hipermoral del ilusionado utópico, que es otra clase de dictadura, y ponerse al servicio de la resolución de los conflictos que es lo que deseamos. De manera que, vivir democráticamente requiere acción, al contrario de la impostura crítica que no se compromete con nada y desdeña todo desde afuera.

-No hay nada mejor que hoy. Es donde podemos hacer algo. Votar es importante, pero no es lo central o lo único.

sábado, 26 de octubre de 2013

Criterios.

Yo estoy a favor de que cada individuo aporte a la sociedad lo que más le guste hacer. Por eso no soy socialista. Al mismo tiempo estoy de acuerdo con que la libertad existe gracias a que le cedemos los espacios al otro a partir de amarlo por reconocerlo parte de nuestra comunidad, y por lo tanto depende de todos. Por eso no soy liberal.

¿Qué estamos haciendo cuando hacemos lo que hacemos?

Considero que es fundamental para una persona entender lo que esta haciendo a partir de una reflexión que ponga de manifiesto que está haciendo algo que debe ser entendido a partir de esa acción reflexiva.

El mundo no es sólido, es plástico, maleable, y las circunstancias y condiciones de nuestro vivir se transforman de manera no planificada, porque el mundo nace desde la nada, es decir desde el caos. De manera que, cada vez que cambia el sentido del fluir de nuestro vivir, cambia cualitativamente nuestro entendimiento de lo que estamos haciendo. Porque el entendimiento es el modo en que nos relacionamos con el mundo y los demás.

De manera que una pregunta útil, capaz de orientarnos es, ¿Qué estamos haciendo cuando hacemos lo que hacemos? De manera que también para entender a esa pregunta, debemos preguntarnos, ¿Qué estoy haciendo cuando me pregunto por mi hacer? Entender el sentido de ésta pregunta, nos puede ayudar a entender que el mundo se está creando y transformando a partir de nuestras acciones, con las cuales generamos los espacios, las relaciones, los contextos, las instituciones, cuya estabilidad organizan nuestro vivir-convivir, al menos momentáneamente, hasta que vuelva a cambiar el sentido del fluir de nuestro vivir de manera no planificada.

De manera que la pregunta acerca de Qué estoy haciendo, y si Me gusta lo que estoy haciendo, es vital para encontrar dentro de lo infinitamente imprevisto de la historia, las condiciones y las circunstancias, el sentido y la coherencia.

El continuo proceso de transformación en sentidos múltiples de nuestros múltiples yoes, está todo el tiempo abierto, volviendo sobre sí mismo, en un proceso que va de la vida a la muerte todo el tiempo. Es decir, al mismo tiempo que vivimos morimos, y en ese proceso simultáneo, están convergiendo-divergiendo nuestros yoes hacia múltiples dimensiones de la vida, como pueden ser la seriedad y la alegría, en múltiples formas del mundo.

Entender lo radicalmente irreductible del fenómeno del vivir, es entender que el hacer como nuestro modo de vida de manera siempre abierto a la posibilidad y el encuentro con lo deseado. Y a la vez con la imposibilidad y lo indeseado. Entonces cuando tal cosa surge, una buena pregunta es, Qué estoy haciendo, y, Me gusta lo que estoy haciendo. El cómo hacer, se encuentra solo.

Consigna.


Sé blando, no hay persona con la que uno puede entenderse mejor que uno mismo.

¿En qué consiste amar a alguien?


-Lo amoroso es el sustento de lo social. Para que una comunidad se una y se reconozca como tal se necesita que se entrelacen y fortalezcan los lazos afectivos que establecen una comunión de intereses. La sociedad no son más que coordinaciones interpersonales de deseos confluyentes, que gustamos de vivir, y que nos hacen estar juntos, hasta que esos deseos dejen de tener sentido. De manera que vivir en comunidad es el ambiente propicio y oportuno para un ser humano convertirse en persona amando a su familia, amigos, conciudadanos, al lugar donde vive, los libros que lee, la música que escucha.

-Amar a alguien consiste en entusiasmarse con su presencia, desearlo de tal manera que el goce de reconocerlo junto a uno sea una expansión de nuestro entendimiento y existencia. Una persona trae al mundo un repertorio de acciones, discursividades, estéticas...trae a la mano para aquel que lo conoce la producción de una realidad distinta, exótica, caótica, inextricable, y sobre todo mágica. Amar a alguien, es la oportunidad de iniciar una danza de encuentros y desencuentros en el tiempo y el espacio donde descubramos más acerca de nuestra sensibilidad, y la del otro. Es la oportunidad de convergencias extensivas de nuestra personalidad. Amar es crecer.

-El amado existe en los ojos del amante. De manera que uno siempre construye al amado con su mirada, con su escucha, con su tacto, gusto, olfato. Lo que uno le ofrece al amado con esa mirada son espacios para su desenvolvimiento, para el desenlace de sus fuerzas amorosas y existenciales. Si uno simplemente ve al otro desde el desamor, le cierra los espacios, y lo encarcela en la imposibilidad de expresar su amar.

-Amar alguien a su vez, es acariciarlo, abrazarlo, besarlo, motivarlo, hacerle sentir la energía sensual que nos comunica y con la que establecemos lazos y contactos con todo el universo. De hecho, el lenguaje como tal, es una extensión de nuestra sensualidad, de nuestra corporalidad, de manera que las palabras nos tocan tanto como la piel. Son una expansión de nuestra piel, podemos acariciar al otro con las palabras, y podemos destruirlo. Porque con las palabras, creamos los mundos en los que habitamos, ya que esas palabras, son en realidad las acciones con las que nos relacionamos, es decir, comunicamos. El mundo lo hacemos coordinando acciones, sean corporales o discursivas, y con ellas podemos hacer un mundo existencialmente sensible y afectivo, o uno destructivo y endurecido.

-Amar a alguien es a su vez, reconocer que no siempre se puede amar, bajo cualquier circunstancia, condición, deseo. Y que es aceptable que así sea. Si vemos el mundo como que incluso cuando disgustamos de los demás y de la vida estamos viviendo lo que queremos vivir, porque eso ha surgido en nosotros posibilitado por nosotros mismos, podemos ver, que el mundo siempre está en armonía. La vida nos permite odiar, y es aceptable que así sea, no hay obligación de amar, es sólo una cuestión de deseo. Podemos no hacerlo; si estamos en la libertad de no hacerlo, estamos expandiendo aún más nuestro entendimiento amoroso de la vida y los demás.

-Amar, es la oportunidad de encontrar el éxtasis con alguien.


-Amar es una aventura inconmensurablemente bella, donde aparece un otro tan radicalmente único que se nos ofrece gustoso a los sentidos, y con ello, queremos seguir probándolo. Amar, en ese sentido, es conocer. Es como descubrir una música, explorarla, y descubrir sentires que no sabíamos que eran posibles, porque el mundo en el amar, está siempre creciendo, transformándose en el sentido del bienestar.

-Las relaciones amorosas son tan virtuosas como para crear la armonía ecológica con el mundo que nos permite resolver la guerra, el hambre y la locura.

domingo, 20 de octubre de 2013

Consigna.

La posibilidad reina.

Idea de base.

Los mundos en los cuales habitamos, no son objetivos. Sino creados, construidos. No hay una realidad en sí, a priori, trascendente, objetiva, independiente. ¿Cómo podría existir tal realidad si al hablar de ella le estamos haciendo referencia con el lenguaje? Es decir, cómo puede existir una realidad independiente de nuestra experiencia si somos nosotros los que estamos hablando acerca de ella. Los mundos son creados, y su forma y dimensión, dependen de nuestro sentir-percibir. De manera que las distintas ideologías son distintos modos de crear mundos, de reproducirlos, que configuran distintas humanidades. Podemos preguntarnos por los fundamentos que generan nuestros mundos, o podemos darlos por objetivos y tratar de gobernar para obtener la confirmación de que nuestro mundo es el cierto. Siguiendo ese camino, sólo hay espacio para aquellos que se encuentran en el mismo dominio de realidad que el nuestro. Siguiendo el camino que conoce acerca de la relatividad y la generación de los mundos, hay posibilidad para la convivencia, es decir, hay espacio para todos. Los espacios, como los mundos, como las relaciones, como el espacio físico y el psíquico, se están creando todo el tiempo, y dependen de nuestra capacidad de darnos cuenta de ello. La guerra es la ceguera de ésta facultad creativa humana, por la creencia de que el mundo que habitamos es racional, objetivo, necesario, evidente, obligatorio.

sábado, 19 de octubre de 2013

Consinga


Castigarse nunca es la respuesta.

Advertencia anti-crisis.


Nadie vive una crisis con entereza, con seguridad de cómo desvanecerse, perderse, deteriorarse. En las crisis se cometen muchos errores, se toman muchas decisiones de las que luego nos arrepentimos. Cuando nos damos cuenta, una vez pasada la crisis, que todos nuestros problemas eran creados y no eran tan graves como pensábamos, nos damos cuenta de todo lo que podríamos haber evitado. Pero éste pensamiento no es útil, porque las crisis, nadie sabe cómo vivirlas, se sale por la puerta que uno piensa oportuna. Muchas veces se reincide en el dolor hasta desarticular los mecanismos adictivos. Por eso, ¡Atentos y atentas!, las crisis son caóticas, y nadie tiene un diccionario de oportunidades. Se aprovechan las que se puede, y se derrochan la mayoría, hasta que el caos cede, y se puede volver a construir en cierta calma y bienestar.

¿En qué consiste la felicidad?

Quiero dejar aquí constancia de algunas ideas orientadores acerca de la felicidad.

-El objetivo de la vida no es ser feliz. La felicidad es algo que surge espontáneamente como una consecuencia del vivir en armonía con las circunstancias, donde el fluir de un presente cambiante continuo en el que ocurre es legítimo simplemente por ser lo que es, sin necesidad de explicaciones.

-No hay necesidad de motivos para ser feliz. Es algo natural, espontáneo, libre. Si bien es cierto, que ciertas condiciones favorecen el clima de la felicidad, también hay que decir que la felicidad crea esas condiciones en una relación cíclica de reproducción.

-Como dicho arriba, lo que entregamos al mundo, este nos lo devuelve, y eso se debe a que la consciencia como espejo nuestro nos devuelve siempre lo que ya somos en una historia de conservación de los sentires que configuran nuestra persona.

-El deseo intenso de ser feliz también puede ser un obstáculo para la felicidad. Como dice Charly García en Desarma y Sangra, miro alrededor, heridas que vienen, sospechas que van y aquí estoy pensando en el alma que piensa y por pensar no es alma. Es decir, muchas veces no hay que buscar, nada de lo que preocuparse, ningún lugar adónde ir, ninguna persona que ver, ningún logro que obtener, todo está sucediendo espontáneamente ahora.

-La felicidad forma parte de los fenómenos placenteros de dimensión psíquica que surgen a partir de vivir en relaciones de aceptación con los demás y con uno mismo. Para crear esas relaciones se necesita reflexión y motivación, esos dos elementos, depende de uno.

-Solemos ver que la infelicidad nuestra es obra de los demás. Pero con ello negamos nuestra libertad para dejar de ser infelices. La felicidad tiene todo que ver con la responsabilidad de consciencia. Saberse uno, saberse ser lo que uno es porque uno existe como tal para sí mismo, es conocer el fundamento más profundo para la felicidad.

-Reírse de uno mismo y de las situaciones dolorosas y absurdas es parte de la irreverencia que tiene la mente feliz. Sonreír y desestimar la seriedad circunspecta de los problemas del mundo es una forma de ser rebelde, y de mostrar lo relativo de todo. De manera que todo lo que ha sido de una manera, podría ser de otra, son simplemente decisiones humanas, tan serias como graciosas.

-Una persona feliz es una persona meditativa.

-La política puede traer soluciones a la sociedad, pero aprender a danzar con el mundo, eso, sólo lo enseña la música.

Decálogo de ideas motivadoras.

1. Los momentos oportunos se dan todo el tiempo. No hay que forzarlos. De un momento inoportuno surge otro oportuno. Todo lo que se necesita para aprovecharlo, es liberarse de la exigencia de tener que aprovecharlo. La posibilidad reina siempre que estamos dispuestos a vivirla. Quien piensa que puede da lugar a un camino en el cual la posibilidad está abierta y es oportuna.

2. Si bajas la ansiedad por llegar, por concretar, por resolver, por tener todo listo, aparece el presente como un proceso continuo gozoso de ser vivido. Si aceptas la incertidumbre como condición inevitable, no estás en el tiempo ni ayer en el remordimiento, culpa y arrepentimiento, ni mañana en la fantasía, esperanza y expectativa de lo que vendrá. Esta es una consigna sanadora, no vas a llegar a ningún lado nunca. Siempre es acá.

3. La alegría es lo más espontáneo del mundo, y sobreviene incluso en los períodos más horrendos de la vida. No hay persona que no haya, a pesar de cualquier condición, experimentado la felicidad. Ser alegre es despreocuparse de todo lo mal que pueda ocurrir. Es dejarse vivir a sí mismo la espontáneidad de un mundo cambiante que trae a la mano lo nuevo, lo desconocido, lo oportuno, sin que tengamos que hacerlo traer. Pero, ¿Y todo el mal que hay en el mundo, guerra, violación, pobreza, cómo podemos ser felices? Incluso en esos mundos la alegría aparece intermitentemente, y da una respiro al desasosiego. Aunque no lo queramos aceptar, la alegría es lo más normal del mundo.

4. Todo lo que hacemos es valioso. Depende de que así lo veamos. No hay nada insignificante, irrelevante en la vida, ni en el corto, ni en el largo alcance, todo lleva a algún lado. No tiene que venir una productora a pagarte millones para lleves a cabo tu acto. Los efectos de tus acciones son grandiosos en tu circunstancia, y no hay nadie, por más poderoso que sea o inteligente, que tenga un efecto tan radical en la historia del mundo. Los grandes cambios empieza en círculo pequeños, pero no son esos círculos los que los hacen efectivos, es el sistema de relaciones humanos que aprende continuamente de lo próximo. Somos verdaderos artífices de nuestras vidas. Vivir es ser un artista, y la creatividad es un llamado que corea nuestro nombre todas las mañanas, porque ser uno mismo, es inventarse.

5. La mayoría de las veces, no hay nadie mirando, estamos más libres de coacción de lo que nuestra mente paranoica parece decirnos. Ser libre implica coraje. Vivir es peligroso. Vivimos comprimidos en el temor de llamar la atención, de hacer algo que desagrade a los demás, y el puto panóptico de control en realidad es aquel con el cual proyectamos nuestros prejuicios y miedos en las caras de los demás haciendo de sus miradas las cárceles inventadas de nuestros propios miedos. Todos somos mucho más raros de lo que pensamos, todos tenemos hábitos anormales. Uno se tiró de un puente a un río, el otro mea a su novia después de hacer el amor, el otro experimenta cortándose un poquito las muñecas, el otro por momentos piensa que los animales le dicen cosas, o que lleva el demonio adentro. Dejarse de joder con el querer ser normal, y aceptarse bicho raro, y hacer de eso lo mejor de uno mismo.

6. Cualquier cosa que quieras hacer porque te genera entusiasmo, te va a llevar a algún lugar productivo y valioso. Alguien lo va a reconocer, y eventualmente pueden llegar a recompensarte con dinero por ello. Vale mucho más dedicarse a hacer lo que se quiere, que lo que se debe. Podemos vivir una vida decolorada yendo de la cama al living mirando televisión por pura abulia, o podemos proponernos un juego, una osadía, hacer algo que te gusta porque sí, no porque te lo pide una institución, una obligación, un compromiso, y animarse a vivir la pasión por la vocación porque eso es algo que harías porque sí. El arte por el arte quiere decir, lo hago sin compradores, ni público, sin gloria, sin éxito, lo hago porque es lo que hago estando vivo. Y eso puede ser cualquier cosa, ver cine, leer libros, caminar, coleccionar hojas de otoño.

7. No tiene sentido vivir la vida como si hubiera que aprovecharla al máximo, esa ambición descentrada de encontrar placer todo el tiempo y en todo lugar, puede llevar a la catástrofe. La vida, está hecha de un montón de momentos más o menos, asumir eso es ver su éxtasis de otra manera.

8. Salud mental es estar acompañados. Cuanto menos competimos, cuanto menos celamos, enviados, odiamos, vivimos en el prejuicio, buscamos enemigos ideológicos, tememos al distinto, tanto más la vida nos abre el sendero que lleva a la amistad y a la hermandad. Ambas se construyen a base de dos coagulantes, el humor y la intimidad. Anécdotas, aventuras, ideas, teorías, chistes, estupidez compartida, seriedad, profundidad, todo es regalado para quien se abre al encuentro. El encuentro es más importante que la lucha, que la exigencia, que el castigo, el encuentro es el fuego que mantiene la cercanía tibia que calma la angustia de sentirse solo, por estar aislado, por estar peleado con uno mismo.

9. El error no es un error. Cuanto más castigamos el error, más perseguidos por el temor a equivocarnos estamos. El error es simplemente algo que ocurre, que no podemos eliminar del mundo. Y si aceptamos el error como algo posible, se nos abre el camino posible del aprendizaje. Quien no gusta de equivocarse, se rigidiza.

10. Hay espacio para todos. Es cuestión de darse cuenta.

viernes, 18 de octubre de 2013

¿Para qué está y qué es la vida?

Contrariamente a los que piensan que la vida tiene que tener un sentido, que hay que encontrarlo. Para mí la vida no tiene ninguno, no va hacia ninguna parte. En realidad va hacia todos los sentidos. El sentido no depende de la finalidad, es decir, no es lo que da sentido que haya un objetivo. Los objetivos no van hacia ninguna parte. La vida sería más bien un gran juego de danzas múltiples y simultáneas entre personas que no tiene salón, sino que se da en un espacio cósmico, sideral. Y cuál es el objeto de todo eso. Ninguno, aceptar el vacío como el fundamento de todo vivir, es entender el caos que produce las formas de los múltiples sentidos. Para qué está la vida, para hacer lo que se quiera. 
Todos los compromisos son elegidos. Aunque los volvemos obligatorios porque los pensamos indispensables, lo cierto es que dependen de nosotros y no de ellos. De manera que, estamos en la libertad de transformar nuestro mundo en cualquier sentido que lo permite nuestro desear y nuestro sentir. La vida, es un juego en serio del que se puede ironizar todo el tiempo, porque no hay nada tan evidente y obvio que no pueda ser de otra manera. El sentido común nos dice que la vida está organizada racionalmente, cuando en realidad, es un big bang caótico desparramándose todo el tiempo, extendiéndose en el resto del universo, sin un sentido, o más bien, con todos. Vivir es extender los tentáculos de la existencia hacia destinos inextricables donde todo está abierto siempre a la posibilidad, y al error.

¿Qué es el mundo que habitamos?

Es la expresión proyectada de nuestra fuerza para producir las formas de nuestra existencia, es el cuerpo de nuestra sensibilidad derramada en el canal de la vida donde se plasman nuestras emociones y deseos. El mundo que habitamos, es la demostración de lo que somos. Y nos pertenece.
Los mundos que habitamos son generados a partir de nuestra propia estructura, y existen como tales en el juego interobjetivo de relaciones humanas. En el cual, se puede encontrar todo el repertorio de nuestros modos de vida. Y eso es en definitiva, nuestra manera de vivir, y de conservar una historia de relaciones entre personas. Discursos críticos y desencantados, muestran mundos críticos y desencantados.

Si seguimos en el discurso que todo está mal, generamos el mal que valida nuestro discurso.

sábado, 12 de octubre de 2013

América: ¿Culpa o Responsabilidad?

Me gustaría dejar algunas notas sencillas y claras sobre el 12 de Octubre.

-Me parece lógico que no lo llamemos el día del Encuentro, ni el día de la Raza. Si queremos podemos llamarlo el día del Genocido, del fin de la libertad de los pueblos originarios. Depende cómo lo nombremos va a cambiar nuestra relación y nuestra percepción de los episodios históricos y de lo que significan para nosotros. Es responsabilidad nuestra asumir un camino u otros, la pregunta está en ¿qué es lo que queremos conservar y lograr de esa manera?

-No estoy de acuerdo con la postura hipermoralizante que censura, controla y rige todas los hechos y los dichos en base a un idealismo moral imposible de lograr. Creo que detrás de eso se esconde otro déspota, del mismo tipo de los que generan genocidios por otros motivos. Abogo por una postura reflexiva que se pregunte por los problemas surgidos en el momento en que suceden las experiencias, los límites del accionar humano, la consciencia de las personas acerca de lo que están haciendo, las posibilidades abiertas en el hoy para remendar, resolver, desarrollar nuevas formas del vivir y del convivir.

-Hoy todo lo que existe en América, es parte de ese inextricable encuentro entre dos otros distintos, que no se comprendieron, y en el que uno sometió y subyugó al otro. La historia de lo que pasó en América es de todos, tanto de los que tienen una herencia originaria, como los que no la tenemos. Si queremos formar un sentido de comunidad, tenemos que hacerlo gracias y a pesar de las diferencias. Somos ese caos social en el que estamos todos, basta de señalar con el dedo acusante del que se autoproclama dueño de la verdad!

-La vida es difícil, el mundo es caótico, la historia es turbulenta, necesitamos ordenarla todo el tiempo, pero tenemos límites, de pensamiento, de tiempo, de acción. Todo lo que podemos hacer hoy, es sólo una parte, quedará algo para más adelante.

-Primero tenemos que formar una comunidad americana, no creo que se haya logrado eso, no nos sentimos unidos a una comunidad. Yo veo desintegración y aniquilamiento de la sujeción de los sujetos a su medio social; pero para formarlo tenemos que preguntarnos una cosa: ¿Queremos unirnos como sociedad? Y si queremos ¿Qué es lo que queremos hacer de nosotros una vez que nos reconozcamos como unidos?

-¡Viva el mestizaje! ¡Vivan las razas, las de los oprimidos y la de los opresores en ésta hermosa danza tumultuosa de seres tratando de amarse y matarse al mismo tiempo!

viernes, 4 de octubre de 2013

¿Cuál es el sentido del quehacer cotidiano?

La vida cotidiana está siempre muy desmerecida, y desentendida. Pero es el todo de la cuestión. Desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir hay una constante llamado a la producción de sentido y de valor que ella nos hace. Entonces, ¿Cuál es el sentido del quehacer cotidiano? ¿Y con qué cosas tiene que ver?

La vida de todos los días está en el detalle. No hay nada insignificante en términos de la vivencia de los momentos y las cosas en la sensibilidad del cuerpo y la consciencia. El modo en que nos saludamos con quien nos encontramos, el armado del desayuno matutino, con el que se inaugura todas las propulsiones del día, la ropa que nos viste con sus colores y sus aromas. Pero hay algo más, dentro de toda la concatenación de acciones que tenemos que coordinar para realizar un día, hay un deseo de que sea valioso, productivo, bello. Poseer ése deseo en constante movimiento es característico de las personas saludables.

Yo considero que la estética es más importante que la moral. Es decir, que las cosas las hacemos más por su belleza y su capacidad de producir realidad y visiones, que por la validez que tengan en términos de bien o mal. Esa producción estética de la vida cotidiana, que está en cada detalle, en cada sensación y expresión de nuestras extensiones sensuales sobre el entorno en que nos movemos es singular de los seres humanos; buscadores de sentido.

Producir sentido es explorar, desarrollar, insuflar nuestra sensualidad en el mundo; es extender los lazos amorosos hacia las cosas que producimos y conservamos, para verlas crecer y transformarse en el sentido de la belleza y el bienestar. De manera que la vida cotidiana, con su continuo estado de caos y transformación multifacética vuelca formas insurgentes y radicalmente nuevas todo el tiempo a nuestros ojos y nuestros oídos.

Estamos siempre produciendo oportunidades, posibilidades, circunstancias, contextos en ese caos. Y la transformación de todos estos en sentidos no premeditados es el signo del cauce del deseo hacia las múltiples formas de realización. De manera que en ésa producción volcánica de formas y espacios que es la vida cotidiana, está toda la extensión de nuestra existencia haciéndose posible, y haciendo posible toda la producción de sentido de la que hablamos.

El sentido de la vida cotidiana es la producción de formas para la realización del deseo, en su dosis de un día a la vez.

La belleza, está en todas partes. La vida cotidiana, rockea.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Idea.

De qué se trata la vida: De hacer lo que nos gusta como nos gusta.

4 Criterios para saber si uno se está complicando demasiado la vida.

En muchos momentos uno empieza a sentir que la vida es una espiral de sensaciones complicadas e incómodas. Lo peor de eso es que esas sensaciones se reproducen a partir de sí mismas. Entonces no sólo contentos con estar mal, pensamos que está mal estar mal. Y que las cosas que nos pasan a nosotros no le pasan a los demás. De manera que acá dejo una serie de ideas, que pueden servir de criterio para saber si uno se está complicando demasiado la vida. 

Lo que yo creo es que toda reflexión sobre las coherencias del vivir, reflexión que llamaría filosófica, tiene que estar abocada a la vida y al vivir cotidiano. Y que todas las personas que reflexionan de ese modo siempre están hablando acerca de su propio vivir. Aunque lo encubran bajo el manto de la objetividad trascendental.

Si alguien tiene un criterio más, será bienvenido en los comentarios.

1. Como decíamos al principio siempre que pensamos que está mal que nos sintamos mal. Que no debería ser de esa manera. Que otros pueden resolver lo que uno no puede de manera sensacionalmente fácil. Muchas veces ésa idea va acompañada de otra más cruel, que dice que los demás se estarían burlando de nosotros al saber que tenemos semejante complicación, y que despectivamente nos despreciarían por ser tan débiles. Un verdadero cataclismo de neurosis.

2. Pensar que si uno es exigente y crítico con sus errores entonces va a perfeccionarse y mejorar. No es cierto eso, los objeciones son obstáculos al desarrollo personal, y no contribuciones. En realidad un continuo estado de control y presión para no equivocarse lo único a lo que contribuye es a sentirse tímido, impotente, preocupado por no poder terminar nunca nada, ni empezar en muchos casos. Muchas veces se oculta bajo el fantasma de la mirada de un otro omnipotente en su desprecio ante lo desperfecto. Entre paréntesis habría que agregar, probablemente escondiéndose allí la mirada perpetuada en cada uno de la continua insatisfacción de los padres.

3. Pensar que para lograr algo las cosas tienen que doler. Hay una idea muy clásica que supone que todo lo que vale cuesta, y que por lo tanto si estamos sufriendo y padeciendo el esfuerzo de atravesar la dificultad en lo que hacemos, es significa que es bueno y valioso. Para explicar esto habría que explicar lo siguiente: El ser humano como ser que habita en el lenguaje es capaz de elaborar explicaciones, las cuales tienen el carácter de ser generativas. De manera que generamos el fenómeno que explicamos, con el cual validamos nuestra explicación. Ésa tautología de la consciencia es inevitable. Aunque no lo queramos ver. De manera que lo que solemos terminar haciendo es buscar cosas difíciles y padecerlas para sentir que son valiosas. Y con ello, torturarnos la vida. Mejor hacer lo que a uno le gusta, y dejar que fluya. Si no se puede hacer ahora, se hará en otro momento.

4. Pensar que todo es urgente, que no si no se atiende ahora sobrevendrá algo crítico. La mayoría de las personas tiene algún problema con la postergación. Siempre está sintiendo que le gustaría hacer algo que deja para mañana, y eso le duele en los momentos en que se da cuenta de su procastinación. Pero para mí el problema es al revés. Siempre estamos sintiendo urgencia por todo lo que hacemos y nos toca. Entonces acumulamos urgencias. Lo cierto es que las urgencias y los imperativos no son lindos de resolver, te tocan. Entonces el <tener que> se encuentra sobre todo lo que hacemos, incluso sobre lo que preferiríamos decir quiero hacer en vez de tengo que hacer. De manera que tanta acumulación lleva a no poder enfocarse en nada. Mi visión es la siguiente: Si queremos hacer algo que consideramos importante y valioso, entonces seguro podrá esperar un momento más a que nos volquemos sobre él. Y a qué se debe esto. A que hay tiempo, porque el tiempo no es algo que exista limitadamente independientemente de nosotros. Nosotros creamos el tiempo, lo creamos a partir de nuestra capacidad para crear espacios que nos den lugar a movernos con más placer y gusto en las actividades que queremos resolver. De manera que primero necesitamos crear los espacios para atender esa urgencia, por lo tanto necesita esperar, y estoy seguro que una vez que hayamos creado los espacios y las condiciones, ya no será una urgencia, es probable que sea más placentero.