martes, 31 de mayo de 2016

Vivir es jugar I.

¿Qué tienen en común un debate parlamentario y una fiesta? En que ambos son juegos sistémicos, y como tales especifican sus reglas en el jugarse. Los jugadores aprenden las reglas en el jugar y se convierten en los jugadores que son jugando. El juego no está programado antes de desenvolverse, es en su ocurrir que se va configurando y conservando sus coherencias. Un debate parlamentario, una fiesta, el circular por las calles como ciudadanos, la sala de embarque en un aeropuerto, una cola de banco, son juegos, y como tales están abiertos a los cambios que producen sus jugadores al aprender y cambiar las reglas. Lo que quiere decir que: la sociedad está siendo deliberada todos los días en todos lados, no es una entidad concreta dada que nos ocurre y nos determina desde afuera, la sociedad es el juego de todos los juegos donde se definen los jugadores. Depende cómo juguemos alteramos la sistémica del juego reproduciendo esa acción en él. Es decir, si robamos, el sistema se altera de tal manera que el robo se constituye en su dinámica, si no lo hacemos no. La sociedad digo está siendo deliberada en todos lados todos los días, por eso la acción del individuo concreto en su circunstancia es tan poderosa.

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