martes, 10 de mayo de 2016

El veneno que cae de la montaña.

Todos los días el conflicto,
Como una primavera de balas, gritos y marchas,
Parece débil y sentimental pedir otra cosa,
Sin lucha te pulveriza el viento negro del enemigo,
Como una aspiradora fagocita los restos de piel sucia en el piso,
Hay un éxtasis en estar acompañados,
Sentirse abrigado y pensar que hay algo más que esta primavera de hielo,
Todos tragamos algún veneno día a día,
El de la pobreza y el de la ignorancia,
El de la soberbia y el del prejuicio,
El de la incoherencia y el del desamor,
Y cuando lo tragamos no podemos ver cuál es la fuente de la que brotó,
Porque todos vamos a buscar a la misma montaña,
Y cuando alguien se lleva una piedra,
Acerca a otro al tormento de la avalancha,
Esa montaña es la matriz,
En la que vive la lucha como un televisor que repite el mismo programa,
En el cuerpo, en la mente, en el estómago y en el habla,
Y que resulta una trampa,
Y como toda trampa,
La gozamos y la tememos.

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