martes, 17 de mayo de 2016

Reclamar un derecho, sentirse atropellado.

Hay ciertos reconocimientos de dignidades y derechos que pienso una amplia mayoría de la sociedad asumiría como un consenso difícil de romper. Sin embargo, cuando un grupo de personas manifiesta un reclamo porque esas dignidades y derechos no se están cumpliendo destruyendo ese acuerdo que hacemos en la sociedad otros lo ven como un ataque a su seguridad o intereses como personas particulares habitantes de la misma sociedad. Cuando generalmente esos reclamos no van contra los intereses de esas personas. Y eso me sorprende. En última instancia es el temer al otro al punto de estar dispuesto a que sus derechos y dignidades no sean respetadas porque se las ve como una amenaza, cuando esos derechos y dignidades ya han sido alcanzadas por esas personas.

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