sábado, 30 de abril de 2016

Tres ideas: deseos, lo político, los niños, los adolescentes y los adultos.

-Los deseos fundamentales nos escogen a nosotros antes que a ellos. Las decisiones que tomamos no definen el destino de nuestra historia. Sólo guían su curso. El resultado de nuestra historia es una circunstancia, una posibilidad de las tantas, una contingencia, una decisión también, y la oscuridad de un pulsar que se descubre entonces.
-Lo más político de todo, son las querencias, los deseos, los gustos por los que se decide hacer o decir algo. Siempre que alguien elige por una querencia define y crea toda una otredad que es lo no elegido, lo indeseado. El decidir crea una moneda en cuyo doblez está lo querido de un lado y su opuesto, lo no querido del otro. Y eso es político siempre, se quiera o no. La otredad que se define en lo no querido puede aparecer como diversidad, como alteridad, como enemistad, como adversidad pero siempre constituye a alguien con quien se convive o no.
-Cuando no podes jugar ni compartir con niños, y cuando los adolescentes te dan miedo y te incomodan es que te convertiste en lo establecido.

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