viernes, 17 de julio de 2015

9 puntos sobre las personas que psicopatean

Todos nos encontramos con psychos alguna vez, no nos damos cuenta. En parte porque sus actos son compartidos por casi todo el mundo sin llegar a ser patológicos, pero hay un momento en que pueden pasar a serlo.

1. Si uno siente mucho la necesidad de agradar a los demás, si se pregunta mucho cómo lo vera el otro, es muy probable que sea presa fácil de algún psicópata. Ellos utilizan esa necesidad para convertirse en dioses y manipular.

2. Si uno tiende a asumir rápidamente la culpa de los problemas o situaciones equívocas que pasan, es muy probable que sea rápidamente manipulado por algún psycho. Ellos tienen la habilidad de disminuirte a través de la direccionalización de la culpa hacia uno.

3. Si uno no es capaz de ver cuándo el otro está proyectando sobre uno un problema que es propio, es probable que caiga en su trampa. Los psychos no se ven a sí mismos, todo lo que ven, lo ven desdoblado en el otro, que pasa a ser una imagen negativa de ellos. Sus debilidades las vuelcan en los otros para convertirse a sí mismos en salvadores omnipotentes, o en ídolos incapaces de equivocarse.

4. Si uno no se deja el lugar a sí mismo para intervenir en una conversación y decir lo que piensa, el psycho ocupará todos los espacios, respondiendo a preguntas que uno nunca formuló, y dando afirmaciones sobre todo el universo alrededor de la persona, hasta abarcarlo todo. El psycho es totalizador, quiere el control total, goza llevando las cosas hasta el extremo.

5. Si uno vive insatisfecho consigo mismo, es probable que sea manipulado por un psycho. Ellos conocen muy bien la manera de deprimir nuestra autoestima, a través de pequeños comentarios agresivos, lacerantes o burlones, con los que llegarán a transformarnos en simples marionetas infantiles en busca de aprobación paternal.

6. Un psycho es parasitario, no tiene identidad propia, su trabajo consiste en tomar la vida de otros y consumirla hasta gobernarla completamente con la palabra, aunque sus actos no muestren ninguna forma de afecto, amor o respeto por uno mismo, es capaz de tomar control tanto de la situación y la relación que siempre se hace ver a sí mismo como alguien que quiere lo mejor para uno, escondiendo el hecho de ser un simple parásito de nuestra vida, y en realidad no poder vivir sin aquel en quien se aloja.

7. Un psycho tiene un carisma seductor que parece ser hermoso, grandilocuente y abrazador, pero en realidad es un instrumento frío de cálculo para hacerse endiosar. Un psycho tiene una personalidad muy deprimida, necesitar mostrarse todo el tiempo, es en realidad una persona tímida, pero utiliza todos los mecanismos para quedar siempre bien parado, para hacerse ver inmutable frente al dolor o la dificultad o la vulnerabilidad, eso visto desde afuera parece ser ejemplo de un carácter muy definido y fuerte. Pero en realidad es una desfiguración interior que está buscando la oportunidad para tomar preso a alguien que le salve de su miseria a través de la admiración, la confianza y la entrega de poder.

8.  Un psycho siempre generará en el otro la sensación de temor a abandonarlo, elabora estrategias y mecanismos de represión y pánico por los cuales uno sentirá que si lo deja quedará azorado, desolado, perdido. Su poder fundamental es generar culpa, miedo y verguenza, cuando uno osa cuestionar su accionar entonces se encuentra perseguido por el pánico a perderlo.

9. Deshacerse de un psycho conlleva un dolor enorme, porque uno se encuentra en la asquerosa situación de haberse llevado a la autohumillación y pérdida de la dignidad, que es sumamente vergonzante y que no queremos asumir, por lo que esa verdad tan dolorosa puede ser evitada siempre y nunca acceder al núcleo duro de nuestras emociones que nos llevaron a entregarnos así. De manera que si uno no hace el trabajo de deshacerse de toda la herencia psicológica, emocional y relacional que deja un psycho en nuestra historia, con todo el dolor que eso conlleva, podemos reproducir la dependencia en otros.

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