Siempre se es menos coherente de lo que se quiere serlo. Los actos aman desaprobar los dichos. Reescribamos la moral: que quien vaya a hacer o ser, no lo diga, lo sea o lo haga. En palabras del psicótico de Nietzsche: el hombre es el único animal capaz de hacer promesas...
¿Cómo no faltarle a nadie? Nunca prometer.
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