viernes, 4 de octubre de 2013

¿Cuál es el sentido del quehacer cotidiano?

La vida cotidiana está siempre muy desmerecida, y desentendida. Pero es el todo de la cuestión. Desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir hay una constante llamado a la producción de sentido y de valor que ella nos hace. Entonces, ¿Cuál es el sentido del quehacer cotidiano? ¿Y con qué cosas tiene que ver?

La vida de todos los días está en el detalle. No hay nada insignificante en términos de la vivencia de los momentos y las cosas en la sensibilidad del cuerpo y la consciencia. El modo en que nos saludamos con quien nos encontramos, el armado del desayuno matutino, con el que se inaugura todas las propulsiones del día, la ropa que nos viste con sus colores y sus aromas. Pero hay algo más, dentro de toda la concatenación de acciones que tenemos que coordinar para realizar un día, hay un deseo de que sea valioso, productivo, bello. Poseer ése deseo en constante movimiento es característico de las personas saludables.

Yo considero que la estética es más importante que la moral. Es decir, que las cosas las hacemos más por su belleza y su capacidad de producir realidad y visiones, que por la validez que tengan en términos de bien o mal. Esa producción estética de la vida cotidiana, que está en cada detalle, en cada sensación y expresión de nuestras extensiones sensuales sobre el entorno en que nos movemos es singular de los seres humanos; buscadores de sentido.

Producir sentido es explorar, desarrollar, insuflar nuestra sensualidad en el mundo; es extender los lazos amorosos hacia las cosas que producimos y conservamos, para verlas crecer y transformarse en el sentido de la belleza y el bienestar. De manera que la vida cotidiana, con su continuo estado de caos y transformación multifacética vuelca formas insurgentes y radicalmente nuevas todo el tiempo a nuestros ojos y nuestros oídos.

Estamos siempre produciendo oportunidades, posibilidades, circunstancias, contextos en ese caos. Y la transformación de todos estos en sentidos no premeditados es el signo del cauce del deseo hacia las múltiples formas de realización. De manera que en ésa producción volcánica de formas y espacios que es la vida cotidiana, está toda la extensión de nuestra existencia haciéndose posible, y haciendo posible toda la producción de sentido de la que hablamos.

El sentido de la vida cotidiana es la producción de formas para la realización del deseo, en su dosis de un día a la vez.

La belleza, está en todas partes. La vida cotidiana, rockea.

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