jueves, 10 de marzo de 2016

¿Por qué es imposible dejar una dependencia controlándose a uno mismo?


Todos nos encontramos o nos hemos encontrando en algún tipo de hábito, adicción por leve que sea, o dependencia a alguien o algo que nos hace sentir dominados y que nos lleva por un cauce que no queremos ver y vivir, porque trae el sentimiento de lo doloroso, horroroso, oscuro y sufrido. Generalmente decimos que para poder abandonar, ya sea un pensamiento, una persona, una cosa o una actividad lo que uno tiene que hacer controlarse a sí mismo. Yo sostengo que el autocontrol lo único que logra es llevar a la persona reincidir en la dependencia que le produce malestar y dolor.

Y eso porque, cuando una persona ve un mal en algo, y desea eso que llama mal, llega a una contradicción. Quiere lo que dice que no tiene que querer. Entonces para no tenerlo decide negarlo. No tengo que querer lo que quiero se dice a sí misma inconscientemente. Pero ese no querer lo que quiere se transforma en una contradicción, en la que lo negado es afirmado bajo la forma de una tensión. Cuanto más se niega algo para que no suceda más se hace sucederlo, bajo otras formas vuelve. Todo lo negado vuelve. Entonces el adicto a la cocaína que se niega a sí mismo consumir, termino generando el camino para volver a consumir. Quien vive un duelo amoroso en una relación en la que había depositado sus expectativas y se había vuelto dependiente intenta huir de la otra persona negando querer estar con el o ella pero cuanto más lo hace más afirma la negación, y más buscará querer ser reconocido por él o ella.

La única manera de no hacer algo que se considera un mal es verdaderamente no queriéndolo. Y para no quererlo hay que querer no quererlo y aprender un camino para no querer eso simplemente. Pero para eso uno debe comprender la contradicción que le lleva a querer lo que no quiere o debería no querer. Y ese camino reflexión es el que le permite a uno salir de una adicción y de una dependencia. Aprender a no querer algo que produce daño, es algo que se hace desde el desapego. Porque en el desapego uno acepta que puede no tener lo que tiene. El apego es cuando asume que no puede no tener lo que tiene. Entonces cuando lo pierde, cae en la contradicción de la que hablamos más arriba. Quiere poder despojarse, pero no puede, porque tiene asumido que no quiere o no puede no querer.

Solo reflexionando y comprendiendo cómo uno llegó a quedar atrapado en la contradicción que le lleva a reincidir en querer lo que le hace daño, es que se puede vivir el desapego y se puede tener lo que se tiene en la libertad de perderlo. Diría que esta explicación muestra qué es aquello que conspira contra las relaciones amorosas de pareja en el momento del estar juntos y en el momento del dejar de estarlo si eso sucede.

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