domingo, 27 de octubre de 2013

¿Es votar valioso?

Algunas ideas con las que quiero resolver cierta confusión acerca de votar y la vida democrática.

-No es cierto que el voto cambie a la clase dirigente. Ésa idea supone que el voto es un mensaje, y los políticos cuando ven los resultados recapacitan por sus errores y los remendarán. Es una idea muy cristiana del castigo, y no es efectiva. ¿Por qué? En principio, porque todos los candidatos, son legítimos, y siguen sus pautas de gobierno y política de acuerdo a su tradición y sus deseos, tan legítimos como cualquier los de cualquier otro ciudadano que quiera presentarse a ser elegido. Incluso y sobre todo con las consecuencias que eso tenga.

-El voto no es la instancia más importante de la vida democrática. Es sólo una, de hecho, insignificante frente a la enorme cantidad de actos cotidianos que tienen trascendencia política desde el detalle en la vida de una comunidad unida democráticamente. Es decir, la democracia se construye desde las bases, en el trabajo, en la familia, en el bar, en el club, y no depende de que los políticos sean democráticos. Ya que los políticos no están en un orden superior, sino dentro de una red de relaciones humanas en los nodos más centrales tal vez, pero no tienen omnisciencia ni una capacidad de acción distinta de la coyuntura circunstancial de la vida de cualquier otra persona. De manera que, los políticos conocen de la misma manera que conocemos nosotros, sólo que otro orden de conocimientos, pero ellos se encuentran en esos nodos de la red como parte de la red. De manera que no son aliens, son personas, por lo tanto, hacen lo que hacemos todas las personas.

-No hace falta votar para ser democrático. La democracia pasar por otro lado, tiene que ver con un modo de relacionarse en la aceptación del otro junto a uno. Como tal modo de vida, es una fisura dentro de la cultura patriarcal, y por estar dentro de ella, se encuentra siempre en contradicción, de manera que, queremos y no queremos ser democráticos, lo intentamos, a veces nos sale y otras veces no. El problema es cultural, no esencialmente gubernamental. Aunque ambos están en relación.

-Por eso, hay que entender que todas las sociedades son un quilombo, y eso es lo normal, caos, pobreza, guerra civil, corrupción, aunque no nos guste es parte de lo que hacemos desde hace mucho tiempo, en todas las sociedades. Yo creo que lo mejor, es entender eso, y no ponerse en la postura hipermoral del ilusionado utópico, que es otra clase de dictadura, y ponerse al servicio de la resolución de los conflictos que es lo que deseamos. De manera que, vivir democráticamente requiere acción, al contrario de la impostura crítica que no se compromete con nada y desdeña todo desde afuera.

-No hay nada mejor que hoy. Es donde podemos hacer algo. Votar es importante, pero no es lo central o lo único.

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