sábado, 24 de marzo de 2012

Párrafos sobre el ego y la experiencia.

¿Provoco al ego? ¿Yo hago que el ego exista? ¿Qué es el ego? Puedo saberlo? ¿Puedo no tener ego? ¿No sería eso un pecado? El ego existe en una confusión, una confusión de culpa, donde se siente ser lo que en realidad uno a descripto sobre sí mismo. Ése es el signo de la culpa, una identidad secundaria donde se asume el dolor de la vida causado por el ser. Se transforma el ser en una descripción, no es la experiencia inmediata y continua. La experiencia es todo, no podemos conocer fuera de nuestra experiencia. Todo lo que hemos conocido, lo hemos conocido desde nuestra experiencia. No es que el mundo nunca fue chato y ahora sabemos la verdad sobre que el planeta es redondo. En una experiencia anterior todos estábamos de acuerdo con que el mundo era chato, en una experiencia posterior confiamos en la experiencia de otros sobre la redondez del planeta. Existen casos en que no hemos confiado en la experiencia de otros y hemos intentado permanecer creyendo lo que nosotros teníamos como certeza. 

Con el ego el lenguaje es estático, tiene entidad. El lenguaje es algo sin entidad.  El ego pide hacer, es insatisfacción con la acción de la experiencia.  
El ego es hacer de una manera particular, hacer con el ego, ir hacia el sentido de las cosas como si tuvieran una entidad, como si tuvieran existencia, alcanzar y no perder, el ego está en la dimensión de ser las cosas, no de experimentarlas. El ego te pide que hagas lo que no puede hacer, y el ego no quiere hacer lo que no puede, de manera que el ego es una trampa. Es no hacer determinadas cosas, y hacer esas mismas. El ego hace por miedo y por culpa.

El ego es una trampa del pensamiento, una trampa de la experiencia, que pone al pensamiento y a la experiencia en una existencia material, existen y se pueden ver, y hay que asirlas. El ego te hace creer que las cosas existen concretamente. Que las cosas existen. El ego es una confusión, una ilusión, con la naturaleza de las cosas. Y nace de una manera de ver, de pensar, de hacer.  Para el ego nunca es suficiente, para el ego todo intento es fútil, para el ego todo está demás, para el ego siempre es tarde, para el ego todo ya está perdido.

El ego crea el problema de que las cosas hay que enfrentarlas o evitarlas, con el ego las cosas se vuelven problemas a trascender, y el ego nunca trasciende. Necesita esa realidad, el ego necesita la dicotomía, la dualidad, el problema y la solución, no puede vivir sin problema, y no puede vivir sin solución.

El ego es frustración y fracaso, el ego nunca soportaría el éxito, porque el éxito quiere decir que las cosas van bien, y para el ego necesita existir el malestar, porque es su consciencia el malestar, su manera de ser. Los procesos de conocimiento son circulares, no alcanzan puntos estáticos, vamos desarrollando perspectivas comunes a través del enriquecimiento del mundo que traemos a la mano conversando sobre lo que vemos y lo que hacemos con los otros. Siempre estamos conversando sobre nuestras experiencias, estamos comunicándonos el conocimiento de cada uno. Nunca sabemos más y nunca sabemos menos. El conocimiento es siempre igual.


La experiencia no necesita ser explicada, no necesitada ser palabrada, no necesita ser vista de una manera concreta. Viviendo la experiencia es viendo. La experiencia no necesita ser causada por el discurso. El discurso es una clase de experiencia.


La lucha es una manera de exteriorizar los problemas, de ponerlos fuera de uno. Cuando el problema con los problemas es uno. Es uno el que tiene problemas. La lucha es una manera de crearse un enemigo. Que es uno mismo. Las diferencias enfrentadas son diferencias sin asumir.

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