lunes, 5 de marzo de 2012

Fundamentos para una comprensión socio-histórica de nuestro vivir.

1. No hay un sentido último de todas las cosas. Las cosas tienen sentido momento a momento. No existe una ética ni una moralidad válida en abstracto.

2. La vida tiene un suceder coherente.

3. Todas las culturas humanas están fundadas en la misma naturaleza; existen como modos de vida conversacionales, es decir emocionales y discursivos.

4. El mundo que habitamos está hecho de personas únicas e irrepetibles. Cada mundo, y el mundo, enteros son únicos e irrepetibles.

5. La historia está hecha de lo dicho por cada una de esas personas únicas e irrepetibles. Lo hecho y dicho por cada una corresponde a ese alguien, en cada momento y en cada manera particular.

6. No hay fenómenos repetibles. No existe lo mismo pero desigual para cada uno. Todo es diferente dentro de personas distintas.

7. Los discursos similares no son sustituibles. No se puede crear una jerarquía de los discursos por autoridad y validez. No es posible crear un mosaico explicativo en el que se comprendan todos los discursos del mundo como si hubieran sucedido desencadenados unos por los otros más verdaderos o poderosos, y como si existiera un solo y único mundo discursivo.

8. El fenómeno discursivo social es circular y no tiene centro ni origen, está sucediéndole a todas las personas todo el tiempo, donde cada persona no puede más que conocer su situación particular en cada momento.

9.Somos libres.

10. Estamos a su vez determinados por nuestra estructura; lo que quiere decir que existimos dentro y en el lenguaje, acoplados a nuestro medio, en una continua conversación con él, donde los otros también son el medio.

11. Siempre que reproducimos las condiciones de posibilidad del fenómeno, reproducimos el fenómeno.

12. La sociedad es una red de conversaciones que se produce a sí mismas.


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