lunes, 13 de febrero de 2012

Microrrelatos 2.


El agua era turbia, y su corazón estaba ebrio de amor. La miró a los ojos en el estanque y la besó ciegamente. Cuando descubrió que no tenía labios decidió darle una cachetada, pero tampoco tenía mejillas. Entonces pensó en empujarla de su lado, pero no tenía brazos. Quiso tirarla al estanque, pero no tenía cuerpo. Con los amores de aquellos tiempos era imposible relacionarse. Volvió en sí y vio que la gente del parque lo miraba haciendo todas esas mímicas, para disimular le gritó ¡¿Ahora te borras?! ¡¿Justo cuando te estaba por decir te amo?! Miro a la gente asustada con arrogancia, como diciendo, yo mando acá, y sin vergüenza tomó el camino a casa. Había desafiado la gravedad.

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