domingo, 19 de febrero de 2012

Elegir y ser responsable de elegir...las emociones...


No puedo elegir mis emociones. Eso me hace pensar que mis emociones son como dicen los filósofos, las pasiones. Atrabiliarias, arbitrarias, no racionales. Pero la sanidad está en la salud emocional, y no el recto pensamiento alineado con la realidad. Ese camino no conduce a la sanidad, conduce a la neurosis. Siempre que se intenta conocer qué es lo real para estar adecuado a ello, lo real se corre de lugar. Porque cada sentimiento y cada emoción es lo real, no lo conocemos como una realidad independiente de nosotros a la que accedemos y tenemos con ella cierto grado de aparejamiento o no de acuerdo a nuestro grado de sensatez o locura. Con esto se redimensionan y reconfiguran las nociones de verdad, juicio, justicia, validez del conocimiento y sanidad.

Además, no podemos conocer el mundo y al otro sino en primera persona, en un proceso que tiene su génesis continuamente y que define en cada momento lo que vemos y lo que no vemos. Y que no podemos conocerlo a ese proceso haciéndolo a un lado. Estamos dentro de la vida, todo intento por gobernarla, por conocerla de una manera estática en la que tengamos certeza y control sobre ella sólo alcanza para reproducir esfuerzo y enajenación.

Si no podemos conocer lo que genera nuestras emociones y nuestras miradas sobre el mundo más que con otra mirada y emoción que es la de la reflexión, o sea la del autoconocimiento de nuestra persona en esa y en cada circunstancia y estado, ¿Cómo podemos tener certeza de qué está bien y qué está mal?, de qué elegir de manera que las consecuencias de nuestras acciones sean beneficiosas para nosotros. Lo cierto es que no podemos tener esa certeza, vivimos en el peligro de elegir mal. Y todo intento por tener una certeza de qué va a resultar y qué no, reproduce el sufrimiento y la impotencia.

Entonces mi pregunta ahora es, ¿Cómo puedo desarrollar un vivir satisfactorio y responsable en el que pueda sentir a cada momento que tengo el placer de vivir y el deseo de asumir el riesgo y la importancia de la elección de cada cosa? ¿Cómo puedo conocer ese mundo viviendo en un mundo de esquizofrenia, neurosis, psicosis, violencia, falta de respeto y desamor? Pienso que viviéndolo a cada instante, siendo consciente en cada presente de la importancia de cada presente. Sin la exigencia de que mi futuro tenga que ser exitoso o satisfactorio, el horizonte de mi camino se vuelve más excitante y satisfactorio.

La mente es algo que existe en el pasado y en el futuro. Cuando sentimos malestar revisamos nuestro pasado y creamos argumentos y explicaciones que fundamenten nuestro malestar, y los proyectamos en la dimensión siguiente que es el futuro. Estamos disociados. También cuando sentimos cierta alegría y euforia estamos en la ilusión de que nuestro futuro será un lecho de rosas. El vedanta dice que todo es una ilusión, y de alguna manera me parece un camino y una mirada inteligente para empezar. 

La relación más estrecha entre el sí mismo y lo real, es ser uno mismo a cada momento, con lo que eso implica, con la responsabilidad y el coraje de serlo.

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