Lei la frase y recordé inmediatamente a Kant y sus normas autónomas y heteromas. Kant dice, en resumidas cuentas, que los hombres obramos “bien” cuando nuestras acciones están basadas en un imperativo categorico, en las leyes universales (valido para todo tiempo y lugar), lo que reposa en la misma voluntad del hombre, del hombre libre. Siempre que actuemos de acuerdo a nuestra voluntad, y siguiendo nuestros deseos, estaremos respondiendo a las normas autónomas, y por ende, seremos libres. De ahí, deviene el caos, y para ordenarlo habla de las normas heterónomas, esas que emanan del “otro” (cualquier otro que con-viva con nosotros) que dirige nuestra conducta, y también cuando nuestra voluntad esta ordenada a un fin que nos condiciona. Es ahí, cuando se vuelve imposible actuar correctamente, porque obedecemos a ordenes que no son las nuestras, a razones ajenas a nosotros mismos. Y en este punto Kant propone dos máximas: obra de modo que puedas querer la máxima de tu acción como ley universal, y obra de modo que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin y nunca como un medio. “Lo que obliga no nos hace responsables”… me hizo pensar en que sea probablemente porque estamos respondiendo a razones externas a nosotros mismos, estamos siguiendo una normativa que no es el imperativo de nuestro propio ser, que no es nuestro deseo, y por ende, no podremos ser responsables de algo que hacemos, sin libertad. Ufff… esas cosas que pensé que estaban perdidas en mi memoria, aparecieron con esas palabras… increíble! Genial :)
Y qué bien las volcaste! En un imperativo categórico hay una ley universal, algo impera, hay un deber ser. En la vida cotidiana lo universal es el amor, sin leyes ni imperativos. Saludos!
Lei la frase y recordé inmediatamente a Kant y sus normas autónomas y heteromas.
ResponderEliminarKant dice, en resumidas cuentas, que los hombres obramos “bien” cuando nuestras acciones están basadas en un imperativo categorico, en las leyes universales (valido para todo tiempo y lugar), lo que reposa en la misma voluntad del hombre, del hombre libre. Siempre que actuemos de acuerdo a nuestra voluntad, y siguiendo nuestros deseos, estaremos respondiendo a las normas autónomas, y por ende, seremos libres. De ahí, deviene el caos, y para ordenarlo habla de las normas heterónomas, esas que emanan del “otro” (cualquier otro que con-viva con nosotros) que dirige nuestra conducta, y también cuando nuestra voluntad esta ordenada a un fin que nos condiciona. Es ahí, cuando se vuelve imposible actuar correctamente, porque obedecemos a ordenes que no son las nuestras, a razones ajenas a nosotros mismos. Y en este punto Kant propone dos máximas: obra de modo que puedas querer la máxima de tu acción como ley universal, y obra de modo que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin y nunca como un medio.
“Lo que obliga no nos hace responsables”… me hizo pensar en que sea probablemente porque estamos respondiendo a razones externas a nosotros mismos, estamos siguiendo una normativa que no es el imperativo de nuestro propio ser, que no es nuestro deseo, y por ende, no podremos ser responsables de algo que hacemos, sin libertad.
Ufff… esas cosas que pensé que estaban perdidas en mi memoria, aparecieron con esas palabras… increíble! Genial :)
Y qué bien las volcaste!
ResponderEliminarEn un imperativo categórico hay una ley universal, algo impera, hay un deber ser. En la vida cotidiana lo universal es el amor, sin leyes ni imperativos.
Saludos!