Alguien me ha dicho que la soledad se esconde tras tus ojos
y que tu blusa adora sentimientos, que respiras,
Una introducción sugestiva. Habla sin confrontar, y la
introduce a su propia intimidad. En el juego de la conversación amorosa es una
invitación a acercarse sin dominación, sólo con seduccción.
tenes que comprender, que no puse tus miedos
donde estan guardados
y que no podre quitartelos
si al hacerlo me desgarras
La petición de comprensión va seguida de una explicación
acerca de sus actos. Dice: Yo no soy responsable de tus miedos, son tuyos. Es
una declaración dura de ser escuchada. Pero baja la tensión y le declara que
tiene intención de ayudarla a liberarlos, pero que para eso no tiene que
desgarrarlo. Tiene que confiar en él. Una invitación a ver el temor sin temor,
a dejar de temer a ser lastimada.
no quiero soñar mil veces las mismas cosas
ni contemplarlas sabiamente
quiero que me trates suavemente
Soñar las mismas cosas: vivir preocupado por no poder
comprender, vivir repitiendo historias, vivir atormentado por la falta de
comunicación. Contemplar sabiamente: tampoco quiere dejar que las cosas pasen
con paciencia, tampoco quiere ser un Buddha que siempre está ahí para entender.
Quiere, y esto es lo más inteligente de la conversación, que lo trate
suavemente. No es una orden, es una petición, pero es una exigencia, una
exigencia de blandura. La tentación del amor se vuelve irresistible.
Te comportas de acuerdo
con lo que te dicta, cada momento
y esta inconstancia, no es algo heroico
es mas bien algo enfermo
Ella juega histéricamente con él. Pero él no le concede
poder a su enrosque. Y por eso mismo la está dejando desarmada. Esa es tú
enfermedad le dice, yo quiero que me trates suavemente. No quiero jugar este
juego de persecución.
Gustavo establece un juego de señales y acciones que se
corre de la persecución y la insistencia para deshacer la resistencia de la
otra. Pero al mismo tiempo tampoco queda convertido en un sabio capaz de
comprender y no resolverse. Sabe lo que quiere, lo pide, y lo pide con una
frontalidad no confrontadora y seducción que sólo puede poner a la otra en situación de escuchar
o retirarse del juego. Gustavo está centrado en su deseo. En la teoría de
juegos amorosos, quien está centrado en su deseo puede sentirse libre de amar e
invita a la otra persona a hacer lo mismo, porque se hace cargo de su
existencia, decisiones y emociones.
no quiero soñar mil veces las mismas cosas
ni contemplarlas sabiamente
quiero que me trates suavemente
No quiero soñar mil veces las mismas cosas
ni contemplarlas sabiamente
quiero que me trates suavemente
quiero que me trates suavemente
quiero que me trates suavemente
suavemente, suavemente, suavemente.
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