miércoles, 4 de abril de 2012

Excitación, alegría, las ganas de las ganas!

Voy a incursionar en una pregunta tan atrevida como capaz de hacer desmayar a una comunidad de neuróticos, ¿Qué son las ganas de las ganas? Cómo puede existir semejante acto de reversibilidad de las ganas sobre sí mismas de manera que existan unas ganas sobre las ganas, llamadas ganas. Quiero lo que quiero, de eso se trata. Hay una cúspide del amor sensorial, sensual, interior, que llega a uno con el hacer que uno practica y que se dispersa en el ser de manera que el ser hace al hacer una unidad con vida propia que surge espontáneamente y se desarrolla frescamente, llamada el amor al amor, las ganas de las ganas. El saber que uno sabe lo que quiere, y que sabe cómo hacerlo.

Como decir, voy a empezar a tocar un instrumento, voy a escribir, voy a incursionar en la cocina, en el jardín, voy a prestar atención a mis relaciones y establecer contactos más fluidos, entusiastas y creativos, desde el saludo hasta mis chistes. Esa creatividad del amor a las cosas, envuelve las cosas que uno ama en el amar lo amado. En el querer lo querido, es el repliegue del hacer sobre el hacer y del decir sobre el decir.

Esa consciencia nos lleva a un entendimiento de la organización de lo que hacemos, y nos da la pauta de la manera de continuar, avanzando con confianza en lo desconocido, y siendo protagonistas de nuestra existencia en tiempo presente, conociendo el conocer de nuestro presente en un dominio del ser que sucede en tiempo cero todo el tiempo, donde nos estamos no sólo creando a nosotros mismos, sino a lo que hacemos y decimos, lo espontáneo, lo sencillo.

Algunas referencias útiles, bellas para explorar son las experiencias de ciertos músicos creando, como Bill Evans o Keith Jarrett, maestros de la improvisación. Un libro recomendado para engendrar ese conocimiento es Free Play de Stephen Nachmanovitch. La improvisación es la esencia de la vida, no sólo no podemos conocer nuestro futuro, y por eso tenemos que crear pensando en lo que nosotros elegimos y queremos elegir en cada momento y en cada lugar, sino que tampoco, aunque no lo creamos, podemos conocer nuestro pasado, porque simplemente ha pasado, y el conocimiento del conocimiento está en el vivir consciente del presente, y las ganas de las ganas están en el conocimiento del querer de ese deseo, y el amor del amor está en conocer el amor a esas ganas que se conocen en ese presente consciente que tiene fluidez y continuidad en nuestro ser sin que nosotros lo determinemos, sino que lo guiamos a través de la reflexión, la escucha y la elección.


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