lunes, 27 de junio de 2016

Ideas para escribir otra historia de la humanidad.

Estas son algunas ideas que no forman parte de los supuestos epistémicos de todas las historiografías modernas. Desde aquí pienso que se podría escribir una nueva y distinta historia de cualquier sociedad o individuo.

-El tiempo, las circunstancias, los poderes, las relaciones, las sociedades, no pasan de unas formas anteriores a unas posteriores, ni de unas inferiores a otras superiores (o inversamente), ni de formas menos complejas a más complejas, ni de la subordinación a la libertad, ni de menos a más. Pasan de unas a otras. Un tiempo histórico se convierte en otro, una circunstancia en otra, una relación de poder en otra, una sociedad en otra. El proceso es recursivo y no tiene principio ni fin. O mejor dicho, todo lo que podemos llamar como principio y fin no es una causa y un efecto donde la primera determina a la segunda. Podemos en una explicación dar cuenta del cambio de lo uno a lo otro y explicarlo por ciertas determinaciones, pero ello no quita que el paso ha sido de lo uno a lo otro.

-Todo lo que acontece en el habitar humano tiene origen consensual: Es decir, que la existencia de árboles, la matemática con la que se construyen edificios, los edificios mismos, las políticas públicas para resolver el problema ecológico, los hábitos alimenticios, el autoestima, el sexo, el género, la identidad, el cosmos, la filosofía, el capitalismo, tiene origen y depende de las relaciones de interacción consensual entre seres humanos. Es más, esas mismas relaciones de interacción consensual tienen origen en otras relaciones de interacción consensual que las hacen aparecer como tales. Todo dentro del ámbito de lo humano tiene origen en las relaciones de interacción consensuales que lo definen. Llamemos si queremos a esas relaciones comunicación interpersonal. A su vez fuera del ámbito de lo humano que tiene origen en esas relaciones consensuales no existe nada para nosotros. Suponer algo fuera de ello es sólo un acto de imaginación.

-El acto de dar origen a algo a través de una acción discursivo o física constituye a ese algo en lo que es. Es decir, la manera en que ciertas personas comenzaron pateando un objeto constituyó al objeto en balón y a la serie de relaciones entre las acciones de patearlo en un juego llamado fútbol. A sí mismo las relaciones que establecieron pueblos originarios y europeos en un territorio constituyó a esos pueblos en salvajes y a esos europeos conquistadores. Y en el acto de constituirse así se definieron de esa manera porque no lo hicieron de otra. El hecho de constituir al poblador originario como salvaje lo constituyó a su vez en primitivo y en incivilizado, porque no lo hizo en otras formas que también eran posibles. La historia de los seres humanos es la historia de cómo se constituyeron ciertas relaciones, formas, identidades, sociedades, caracteres, en una continua transformación de lo uno a lo otro, resultando ciertas posibilidades efectivas y no otras. Y esas que resultaron lo hicieron porque no lo hicieron otras. El historiador debe explicar cómo es que se establecieron esas y no otras.

-La historia no evoluciona, no decae ni tiene auges. La historia transforma y conserva. Continuamente en el proceso del vivir ser transforma algo en otra cosa y algo de eso en la transformación es conservado. El historiador debe dar cuenta de ambas cosas.

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