miércoles, 16 de septiembre de 2015

Pensando la posibilidad: ¿Qué te habilita a hacer algo?

-No hace falta saber para hacer algo. Normalmente pensamos de esta manera, No cualquiera es escritor, No cualquier es psicólogo, o ingeniero. Bajo esa idea pensamos que es necesario saber para hacer algo. El primer ingeniero no era ingeniero, fue ante todo alguien que experimentó. En el curso de su hacer aprendió de sí mismo y compartió con otros aprendizajes y eso le hizo avanzar en la realización de lo que quería. Pero para convertirse en ingeniero, para hacer lo que le terminó dando la identidad profesional no necesitó saber. El primer dibujante que pintó un toro en una caverna no sabía dibujar. Nadie nació sabiendo dice el refrán. No sólo eso, nadie necesita saber para animarse a hacer algo. Luego sí tal vez debido a que las incumbencias y los criterios con los cuales se trabaja en determinados ambientes, espacios o grupos no se acepta a alguien que dibuje un hombre de palitos, y si se acepta a alguien que dibuja como Rembrandt. Pero eso es otra cosa. ¿Quién dice que es más arte el de un niño que el de Rembrandt? Alguien quien valora más su obra que la del niño, y que compara la una con la otra como si las dos tuvieran que ser pensadas con los mismos criterios. Es cineasta cualquiera que quiere hacer cine. Querer te habilita a hacer cualquier cosa.

-Cuanto mas importante se vuelve algo, menos se puede hacerlo. Siempre que se convierte una acción en un acto solemne, importante, serio, verdadero, real, necesario, trascendental, o como se quiera decirlo, siempre que se hace eso,  se convierte a aquello que se quiere lograr en un obstáculo, en una dificultad, en un imposible. Cuanto más se relativiza algo, más ayuda a alcanzarlo. Si se piensa que conseguir trabajo es un acto de fundamental importancia en la vida, lo más probable  es que se vea en cada entrevista laboral un momento bisagra y los nervios sean tan altos que no se pueda obtener el trabajo. Nada es el fin del mundo. La vida no es una cosa trascendental.

-No se está hecho para hacer nada en particular, alguien puede dedicarse a cualquier cosa. Lo vemos en las películas todo el tiempo, en los mensajes de los divulgadores de sentido que están en la televisión, en la radio, en las formas populares de concebir la vocación; hay que encontrar la pasión, y la pasión es algo que no podes dejar de hacer. Que no se podría de ninguna manera hacer otra cosa. Algo por lo que alguien se la juega indefectiblemente. Propongo una mirada alternativa, no se necesita ninguna pasión, ni hay nada que se esté destinado o que sea propio de la naturaleza de la persona. Se podría hacer cualquier cosa, sólo sería necesario gustar de ello, y vivir la labor como una invitación a disfrutar y colaborar en la producción y creación de algún resultado que se quiera mostrar o por el que se quiera ser reconocido. Cualquier persona podría hacer cualquier cosa, nadie nace para ser biólogo, es decir, se puede convertirse en biólogo a cualquier edad en la vida, teniendo cualquier historia de fondo.

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