sábado, 30 de abril de 2016

Tres poesías al hilo para sedientos.

La noche gime como una moribunda atada a una silla,
Me pide que baile, cante y explore las miradas de otros,
Con cada mensaje tuyo me quito la ropa y salto de un balcón gritando,
Pero esta vez vuelo,
Y rompo el aire y lo encastro con el mar, con la tierra y con la vida,
Mi sexo es una perra callejera que hurta agua de tus palabras,
Las emociones que se arrojan al vacío vuelven sublimes,
Quiero tratarte suavamente,
Quiero hacer todo lento, como un monje armando un rompecabezas,
Sus piezas son de luz, música y seda,
Quiero contemplarte sabiamente,
Quiero bañarme en tu piel,
Sentir el sabor de la alegría enardecida,
Crear el tiempo levando su masa,
Gozar de una comida como un ave de rapiña,
Y cuando estes oculta,
Enviar el místico sonido de mi deseo a tu encuentro,
Escucharte decir a qué huele...



Quiero abrir un manguera y enchastrar con virus a la gente de la calle,
Quiero que defequen sus verguenzas y sus culpas,
Y exhiban su pudor como una gema con olor a caca,
Quiero que un temporal de mutilaciones nos extirpe las certezas,
Y en una serie masiva de fracturas expuestas de rodillas,
Encontremos la libertad de todo lo que estaba guardado,
Que era nuestra intimidad, nuestra verdad, y nuestro amor.


Escribe como si las palabras sangraran,
Baila como si un volcán eruptara,
Escucha como si meditaras sobre una montaña,
Besa como el sol te da la vida,
Goza como un niño sueña que vuela,
Crea como si de un sombrero saliera el verano,
Y ama,
Ama como si fueras a quebrarte,
Como en el vacío no hay resistencias,
Como la tierra te dio el cuerpo,
Y ríe,
Ríe como si un dios se hubiera emborrachado,
Como si la seriedad fuera estúpida,
Como si tu garganta expulsara luz.



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