sábado, 17 de septiembre de 2016

Engaño, responsabilidad y deseo en las relaciones amorosas.

Ser fiel o infiel, polígamo o monógamo, tener hijos o no, no son decisiones que estén bien ni mal. Ni una mejor o peor que otra. Sea lo que uno sea siempre es responsable. La pregunta sería, ¿Cuando uno quiere lo uno o lo otro? ¿Cuáles son los fundamentos para querer lo uno o lo otro? ¿Y qué es lo que uno quiere? El conflicto surge cuando hay engaño de sí mismo o del otro. Por decir, la persona que es infiel y elabora un argumento para no asumir su responsabilidad, basándose en la suposición de una libertad que no tiene porqué dar cuenta de lo que decide, creyendo que no tiene consecuencias, o en cualquier otra justificación por el motivo que sea. Es decir, el conflicto surge cuando hay irresponsabilidad. Diría que las mujeres y los hombres que acusan a la cultura de imponerles normas restrictivas que les impiden hacer su libertad, en realidad lo que se encuentran viviendo es una contradicción de deseos. Así hay mujeres que se engañan a sí mismas creyendo que van contra las expectativas sociales al decidir no ser madres, pero sufren interiormente porque quieren serlo. Nuevamente, el conflicto con uno mismo y con el otro sólo puede existir cuando los deseos no están asumidos. La persona que quiere la poligamia pero practica la monogamia por temor a perder lo que tiene o por pensarlo inmoral, se encuentra contrariada, y sufre, si no es capaz de dar cuenta de lo que le ocurre y asumir el riesgo de la decisión. La responsabilidad total, es la no justificación total.

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